domingo, 4 de diciembre de 2016

Diálogo

Miro el teclado, quiero escribir fluidamente, como si se tratase de un músico, que las palabras broten como notas musicales, dar apasionadamente puñetazos de párrafos como si fuera un Hemingway borracho en una película de Hollywood.  Pero no es así… He despertado a la 1 de la mañana con una resaca y no puedo dormir. Escribo una palabra por minuto, todo gira y la comida de ayer sabe bien.
Una persona abrió una puerta, se asomó y salió de mi cabeza. Quiere escribir, pero no sabe qué. Solo quiere callar esa voz que dice “Please Die”. Sí lo sé… está en inglés, podría ser en español, pero así suena más cool. Así es este sujeto que se aloja allí y sus demonios amigos-enemigos. Son medios cosmopolitas, van de compras a algún centro comercial, se la pasan mirando el celular y se rascan las bolas cuando ven series imaginarias;  y yo no puedo joderlos por eso, porque es normal. Además toman la cerveza más barata porque no cree en la estúpida publicidad como yo. En eso estamos de acuerdo.
Bueno, esa persona que salió de mi cabeza, tiene otra persona dentro pensando cosas  extrañas, como en mundos inexistentes o en nota musicales, que sí salen fluidamente, a diferencia de las palabras. Fuma un poco de marihuana y camina sin parar donde le plazca, tararea algo que se le ocurre y garabatea el espacio con dibujos infantiles. Le gusta estar cerca de la vegetación como yo, pero él si tiene tiempo libre y lo mejor es que no usa celular.  

Las personas dentro dicen que ya pare de escribir, no se sienten cómodas con el sonido del tecleo. Apagan las luces y solo quedo yo y la pantalla. Ha pasado media hora y esa línea en el monitor sigue parpadeando en el mismo lugar. Tienen sueño y yo también.